Como se sabe los anticuerpos naturales o espontáneos son una parte esencial de la primera línea de defensa contra las infecciones hematógena de propagación. También es importante describir que las infecciones virales y bacterianas pueden entrar al organismo de maneras diferentes.
La
mayoría de las infecciones bacterianas y virales en las superficies mucosas
inducen una respuesta inmune que está inicialmente limitado a la propia
superficie de la mucosa y luego a los ganglios linfáticos locales
Los anticuerpos naturales o
espontáneos a las toxinas, las bacterias y los eritrocitos están presentes en
los sueros de seres humanos normales, no inmunizados y ratones. A pesar de su
detección precoz y la abundancia, el papel de la AN está claro y, a menudo
objeto de debate. AN se ignoran en pruebas inmunológicas, ya que los sueros se
diluyen normalmente 1/20 a 1/40 antes de realizar cualquier prueba, a fin de
evitar la interferencia de la llamada 'fondo no específica'.
Algo importante que se describe
es que después de una infección viral, se requiere la ayuda de células T
cognado para la producción de anticuerpos IgG específicos, que son provocados
6-8 días después de la infección. Obviamente, estos anticuerpos van demasiado
tarde para controlar la propagación hematógena de un patógeno infeccioso
citopático. AN también puede contribuir a la protección mediante la mejora de
la fagocitosis de los parásitos.
Referente a la parte patológica
las neoplasias linfoides a menudo se consideran para imitar el comportamiento
de la célula normal de la que derivan. La leucemia linfocítica crónica (CLL)
representa una expansión monoclonal de células B CD5. Las células B malignas en
CLL se caracterizan por una expresión en la superficie bajo de IgM.
Aproximadamente el 20-30% de los pacientes con LLC sufren de la enfermedad
autoinmune.
Curiosamente, manifestaciones
autoinmunes incluyen regularmente anemia hemolítica dependiente de anticuerpos,
trombocitopenia y aplasia pura de glóbulos rojos, pero nunca manifestaciones en
órganos sólidos. Por lo general, la enfermedad autoinmune es una consecuencia,
de anticuerpos IgG altamente específicos dirigidos contra antígenos de
eritrocitos o trombocitos.
Referencia bibliográfica:
Ochsenbein,
A. F., & Zinkernagel, R. M. Natural antibodies and complement link innate
and acquired immunity. Immunology Today. 2000. 21(12): 624–630.
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